VERANO 2020

A la vista de la situación provocada por esta pandemia, la Junta Directiva de «Asociación Cultural El Pedazo» ha decidido:

  • Cerrar el local de la asociación durante todo el verano y suspender todos los actos y actividades que estaba previsto realizar excepto los que a continuación se indican.
  • Mantener el «Acto de homenaje a los mayores y al socio ausente», en fecha y hora que se comunicará oportunamente (previsiblemente en agosto).
  • Mantener la convocatoria del «5º Concurso de Fotografía», cuya entrega de premios tendrá lugar en el mismo momento que el «Acto de homenaje a los mayores y al socio ausente».
  • Anular la convocatoria del «1º Concurso de Microrrelatos», puesto que a la fecha de finalización del plazo de presentación de los trabajos no se ha presentado ninguno.

En el supuesto, muy poco probable, de un cambio de la situación, y siempre teniendo en cuenta las instrucciones y recomendaciones de las autoridades competentes y las posibles responsabilidades en las que pudiera incurrir la asociación, podría reconsiderarse en cierta medida alguna de estas previsiones.

Por otra parte, la «Comisión de Fiestas de Sandín», nos informa de que suspende todos los actos y actividades que tenía previsto realizar.

Va a ser un verano un tanto extraño, pero esperamos que el comportamiento de todos, y muy especialmente de los visitantes, sea responsable y respetuoso con los demás.

Esperamos que os encontréis todos muy bien !!

 

LO QUE PASA EN LA FASE 1

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Mombuey: tiendas sí, bares no

El centro comercial de La Carballeda abre los establecimientos para dar servicio los vecinos de los pueblos que se desplazaron a la villa en la nueva fase

mombuey-tiendas

Las filas a la entrada de comercios y servicios administrativos fueron la imagen del día en Mombuey, el centro comercial de la Carballeda, que ayer estrenaba algo más permisividad dentro del confinamiento. La Zona Básica de Salud de la Carballeda desescalaba y entraba en fase 1 y mayoritariamente se ha impuesto la mascarilla y, algo menos, los guantes. La mayor parte del comercio comenzó a abrir el día 4 con cita previa.

Varios vecinos de distintos pueblos de la zona esperaban su turno a la entrada de la ferretería de Vicente Castro. Laudelino Prieto Ferrero de Santa Eulalia del Río Negro reconoce que «en los pueblos pequeños se lleva bien, en Santa Eulalia no se queja nadie». Vivir en los pueblos les han permitido «ir de aquí allí» y estar ahora a la faena de los huertos. A Eladio Alonso Bobillo de Cional la prohibición le sorprendió cuando estaba en pueblo para visitar a un familiar que tiene a su cargo en la residencia de Villardeciervos. Un centro que «lo hizo bien» y cortó todas las visitas a los residentes. Con alivio reconocen que en estos pueblos «no ha habido ningún caso», lo que ha dado cierta tranquilidad.

Un lunes de mucha actividad pero donde se echó en falta los bares abiertos, aunque hay previsión de que alguna de las terrazas abra a corto plazo. Los clientes son atendidos de uno en uno. Santiago Sánchez Álvarez se lamenta «estar en Mombuey y no poder tomar un café» mientras aguarda a la puerta de la gestoría. Reconoce que «dos meses encerrados es para volverse loco» pero lo ha llevado bien. La cuestión que plantea es que «las mascarillas sean para todos». Él la lleva puesta y la retira para seguir fumando.

En la gestoría de Concepción Blanco Castro ayer había más movimiento, aunque desde el día 4 atienden a sus clientes cita previa, con limitaciones por la prohibición de desplazarse. Para las gestorías en general «ha sido una locura y estamos un poco desbordados» por la numerosa normativa de estos dos meses y los constantes cambios y correcciones «hoy le decías una cosa al cliente y al día siguiente otra porque habían hecho rectificaciones». Más trabajo de cara a la Administración por las declaraciones de la renta, al tener que hacer todos los trámites telemáticamente.

Héctor Rabanillo López, en su tienda de electrodomésticos, reconoce que «mientras no abran en Madrid y que la gente de los pueblos pierda el miedo» la actividad estará floja. La clienta que en ese momento está ante el mostrador, Paula Méllez Míguez, reconoce que por las tardes «sales de paseo y no ves a nadie».

Por la mañana hay más movimiento con las personas que se han trasladado en transporte público para hacer gestiones, hacer las compras, ir al Centro de Salud o la farmacia. Emerenciana Martín Toribio es vecina de Anta de Rioconejos, espera a que el autobús vuelva para recogerlos y acercarla al pueblo. «Hemos estado en casa y no hemos salido, solo a lo que no te queda más remedio». En Anta habrá unas 30 personas pero «no te cruzas con nadie».

Consejeria FinancieraMadrid: Un dinero extra gracias a Amazon. ¡Así…
Con familiares en puntos como Benavente reconoce que «envidian no estar en el pueblo, con un patio delante y otro detrás». Todas las personas que esperan, llevan su mascarilla y respetan la distancia. «Estoy un poco obsesionada» reconoce Tere Blanco Fiz, en cuanto a la desinfección de su peluquería. Atiende a una clienta que vive en Otero de Bodas. Tere trabaja con mascarilla, pantalla, guantes, no le falta nada. Ha instalado un desinfectante de calzado a la entrada, hidrogel y tiene más trabajo organizando.

Las filas a la entrada de comercios y servicios administrativos fueron la imagen del día en Mombuey, el centro comercial de la Carballeda, que ayer estrenaba algo más permisividad dentro del confinamiento. La Zona Básica de Salud de la Carballeda desescalaba y entraba en fase 1 y mayoritariamente se ha impuesto la mascarilla y, algo menos, los guantes. La mayor parte del comercio comenzó a abrir el día 4 con cita previa.

Varios vecinos de distintos pueblos de la zona esperaban su turno a la entrada de la ferretería de Vicente Castro. Laudelino Prieto Ferrero de Santa Eulalia del Río Negro reconoce que «en los pueblos pequeños se lleva bien, en Santa Eulalia no se queja nadie». Vivir en los pueblos les han permitido «ir de aquí allí» y estar ahora a la faena de los huertos. A Eladio Alonso Bobillo de Cional la prohibición le sorprendió cuando estaba en pueblo para visitar a un familiar que tiene a su cargo en la residencia de Villardeciervos. Un centro que «lo hizo bien» y cortó todas las visitas a los residentes. Con alivio reconocen que en estos pueblos «no ha habido ningún caso», lo que ha dado cierta tranquilidad.

Un lunes de mucha actividad pero donde se echó en falta los bares abiertos, aunque hay previsión de que alguna de las terrazas abra a corto plazo. Los clientes son atendidos de uno en uno. Santiago Sánchez Álvarez se lamenta «estar en Mombuey y no poder tomar un café» mientras aguarda a la puerta de la gestoría. Reconoce que «dos meses encerrados es para volverse loco» pero lo ha llevado bien. La cuestión que plantea es que «las mascarillas sean para todos». Él la lleva puesta y la retira para seguir fumando.

En la gestoría de Concepción Blanco Castro ayer había más movimiento, aunque desde el día 4 atienden a sus clientes cita previa, con limitaciones por la prohibición de desplazarse. Para las gestorías en general «ha sido una locura y estamos un poco desbordados» por la numerosa normativa de estos dos meses y los constantes cambios y correcciones «hoy le decías una cosa al cliente y al día siguiente otra porque habían hecho rectificaciones». Más trabajo de cara a la Administración por las declaraciones de la renta, al tener que hacer todos los trámites telemáticamente.

Héctor Rabanillo López, en su tienda de electrodomésticos, reconoce que «mientras no abran en Madrid y que la gente de los pueblos pierda el miedo» la actividad estará floja. La clienta que en ese momento está ante el mostrador, Paula Méllez Míguez, reconoce que por las tardes «sales de paseo y no ves a nadie».

Por la mañana hay más movimiento con las personas que se han trasladado en transporte público para hacer gestiones, hacer las compras, ir al Centro de Salud o la farmacia. Emerenciana Martín Toribio es vecina de Anta de Rioconejos, espera a que el autobús vuelva para recogerlos y acercarla al pueblo. «Hemos estado en casa y no hemos salido, solo a lo que no te queda más remedio». En Anta habrá unas 30 personas pero «no te cruzas con nadie».

Consejeria FinancieraMadrid: Un dinero extra gracias a Amazon. ¡Así…
Con familiares en puntos como Benavente reconoce que «envidian no estar en el pueblo, con un patio delante y otro detrás». Todas las personas que esperan, llevan su mascarilla y respetan la distancia. «Estoy un poco obsesionada» reconoce Tere Blanco Fiz, en cuanto a la desinfección de su peluquería. Atiende a una clienta que vive en Otero de Bodas. Tere trabaja con mascarilla, pantalla, guantes, no le falta nada. Ha instalado un desinfectante de calzado a la entrada, hidrogel y tiene más trabajo organizando.

(TEXTO EXTRAIDO DEL DIARIO LA OPINION DE ZAMORA).

HACIA LA FASE 1 ???

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Camarzana, Villarrín y Carballeda suman un solo caso nuevo en la última semana

La provincia mantiene territorios con una importante incidencia, a la espera de saber qué lugares avanzan en la salida hacia la normalidad

manuel herrera 12.05.2020 | 23:16

Mapa con la incidencia del virus en Zamora en la última semana. En verde, las zonas que carecen de enfermos registrados.

Mapa con la incidencia del virus en Zamora en la última semana. En verde, las zonas que carecen de enfermos registrados. Jcyl

En las próximas horas, Castilla y León tendrá que presentar su nueva propuesta al Gobierno sobre los territorios que podrían entrar en la fase 1 a partir del próximo lunes. En el caso de Zamora, de momento es una incógnita cuál será la hoja de ruta que propondrá la administración autonómica, pero la incidencia de la enfermedad registrada en los últimos días da una pista acerca de las zonas básicas de salud con más posibilidades de avanzar en la desescalada.

En ese sentido, Carballeda, Camarzana y Villarrín aparecen como territorios cada vez más despejados de la influencia de la enfermedad y, por tanto, con más opciones de estar en la nueva lista de la Junta de Castilla y León. Cada una de estas tres zonas básicas ha registrado un solo caso nuevo en la última semana, por lo que podrían entrar en los parámetros de Sanidad para progresar de fase.

De hecho, estas zonas se encuentran en una situación incluso mejor que otras como Corrales del Vino o Villalpando, que ya han progresado a la fase 1, pero que siguen sumando algunos contagios aislados.

Aun así, está por ver si los criterios de la Junta de Castilla y León permiten incluir ya a estos territorios y a otros de Zamora en este tramo de la desescalada. Lo que no sucederá es el paso de ninguna zona a la fase 2. Para eso habrá que esperar al lunes 25, siempre y cuando se cumplan los requisitos en los lugares que se mantienen limpios hasta la fecha. Mientras, Alcañices, Carbajales, Tábara y Alta Sanabria continúan en verde.

En cuanto al resto de zonas, cabe destacar la situación de Puebla de Sanabria y su Zona Básica de Salud, que han mejorado sensiblemente en los últimos días y que tan solo han acumulado cuatro casos nuevos en la última semana. También está por determinar si este descenso del número de contagios basta para que los responsables de Sanidad den el visto bueno a su cambio de fase.

Por lo demás, algunas zonas básicas de salud de la provincia siguen manteniendo cifras similares a las de la semana anterior, que no fueron lo suficientemente buenas para flexibilizar las restricciones del estado de alarma a juicio de la Junta.

(TEXTO E IMAGEN EXTRAIDOS DE «LA OPINION DE ZAMORA»).

 

SE HA JUBILADO EL MÉDICO

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Lucio G. Sánchez | Médico de Atención Primaria en la Carballeda que se jubila

«No se desmantela la medicina rural, nos adaptamos a pueblos que se vacían»

«Debemos tener en cuenta que la provincia cuenta con una población muy envejecida y carecemos de las ratios que existen en Madrid o Cataluña»

araceli saavedra 10.05.2020 | 01:40

El doctor Lucio Sánchez Cabrero, recién jubilado.

 

 

 

 

 

 

 

 

El doctor Lucio Gabriel Sánchez Cabrero (Íscar, Valladolid, 1955) no se imaginó que el día de su 65 cumpleaños, fecha para su jubilación, tuviera que trabajar. Pero allí estaba, al pie del cañón en el centro de salud de la Carballeda, en Mombuey, en estado de alarma sanitaria por la pandemia de COVID-19. Licenciado en Medicina por la Universidad de Valladolid, comenzó su ejercicio profesional en Villalba de Guardo en Palencia. El 30 de noviembre de 1987 asumió la plaza de médico de Cional, en Zamora, aunque el consultorio principal era el de º. Ha llevado la cuenta de su labor profesional durante 32 años como médico de familia en el medio rural. Se ha jubilado con sensación de pena al no poder despedirse de sus pacientes y de sus compañeros. Entre su faceta profesional menos conocida destaca sus publicaciones sobre neuropatía diabética. Traslada un generoso reconocimiento a sus compañeros y especialmente al personal de enfermería.

-¿Cuántos años ha ejercicio de médico de Atención Primaria?

-He estado 32 años y 152 días, sin contar los días de los años bisiestos. Tomé posesión el 30 de noviembre de 1987. Entonces no éramos médicos de Atención Primaria ni estaba zonificado, no eran zonas básicas de Salud y era atención las 24 horas en los pueblos. La plaza que firmé era la de Cional pero curiosamente la consulta principal era la de Sagallos.

-Su despedida ha sido en una situación inusual.

-Ha sido un poco duro porque no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar. En la Zona de Salud de Mombuey ha habido muy poquitos casos y no ha sido tanta la presión. Sí teníamos que estar pendientes de la gente que estuviera de paso y ante cualquier aviso. Un día que estaba de guardia nos llamaron a las cuatro de la mañana para atender el caso de un camionero. Antes de atender al paciente tenías que ponerte el equipo (EPI) y tomar todas las medidas de seguridad previstas. Ha sido una situación muy extraña. Hemos estado sin salir del centro de salud, salvo algún caso. Ha sido extraño no poder ir a los pueblos a pasar consulta y solo atender por teléfono. Por suerte hemos tenido un par de casos de COVID al principio y creo que uno o dos al final.

-¿No se imaginó usted jubilarse en medio de una pandemia sanitaria?

-No. Y es una de las cosas que he comentado con los compañeros y pacientes que no he podido despedirme de ellos. Es como si te vas por la puerta de atrás. Cuando todo esto pase quiero ir a despedirme. De momento, esto es lo que hay y lo peor hubiera sido no haberlo visto ni poder contarlo. Por suerte, nosotros hemos tenido pocos casos. En el centro de salud se organizó todo para disponer dos vías de entrada separadas, una específicamente para los casos respiratorios separada del resto. Después de atender a esos pacientes se desinfectaba todo.

-Hay una faceta menos conocida, sus publicaciones sobre Neuropatía diabética.

-Sí. He escrito «Neuropatía Diabética»,»Abordaje del debut diabético en el adulto» y algunos artículos más que hay en Internet. Sufro diabetes desde hace 20 años y profesionalmente me he preocupado de estar informado. Además de estas publicaciones he dado algunas conferencias y he colaborado con las asociaciones de pacientes diabéticos de Benavente, Zamora y Toro. Me ha gustado informarme y formarme.

-¿Tenemos mejor salud en los pueblos?

-Creo que sí. La felicidad completa no existe, pero las carencias materiales se suplen con las ventajas que tiene vivir en un pueblo. El trato entre médico y enfermo es mucho más cercano y conoces mejor a tus pacientes. Si después de 32 años en la Carballeda dijera que no me gusta la medicina rural sería de tontos. Mi vocación ha sido la medicina rural.

-La medicina rural está un poco desprestigiada…

-Muchas veces se nos considera médicos de segunda pero somos especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria. Tengo una anécdota sobre eso. Cuando llevaba todavía muy poco tiempo en la consulta atendí a un paciente, era una persona joven. El diagnóstico que le hice era un tipo muy específico de arritmia y le indiqué que había que hacer más pruebas para verificarlo. Prefirió irse a Madrid a un especialista. Cuando volvió me dijo que al especialista de Cardiología le sorprendió que el médico de un consultorio de un pueblo hubiera diagnosticado ese tipo de arritmia tan concreto. Que un especialista hiciera ese reconocimiento, a mí me elevó el ego profesional.

-Hay una enfermedad muy común, la soledad.

-La soledad. Sí, se diagnostica y ayudamos a que esa soledad se palíe no porque el médico recete o ponga un tratamiento al paciente. A veces solo es cuestión de ir a visitarlos conversar con ellos, preguntarles por sus cosas y dedicar un poco de tiempo a charlar con ellos.

-Dedica una mención especial a sus compañeros.

-Sí. Quería añadir que la labor de la Medicina y de los médicos siempre depende de la labor que hace la Enfermería. De todos mis compañeros de Enfermería he aprendido muchísimo, me han enriquecido y siempre he aprendido algo de ellos. Mi padre decía que detrás de un gran hombre siempre había una gran mujer. Detrás de un gran médico siempre hay un gran profesional de enfermería.

-¿Se está desmantelando la sanidad rural?

-Yo creo que no, es que nos tenemos que adaptar a que los pueblos se están vaciando. De cuando yo llegué a ahora, la población ha disminuido mucho. Sin menoscabo de la atención sanitaria, tenemos que darnos cuenta de la escasez de profesional y con todo no ha bajado la atención.

-Una escasez que, al final, depende de la dedicación personal del profesional.

-Por supuesto. Pero eso ocurre en general en la vida. En el mundo rural tenemos que tener en cuenta que es una comunidad muy envejecida y no podemos tener las mismas ratios que en Madrid o en la comunidad catalana, cada zona tiene sus características.

(TEXTO E IMAGEN EXTRAIDOS DEL DIARIO «LA OPINION DE ZAMORA»).

PARECE QUE TAMBIEN EN MANZANAL …..

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Los pueblos excluidos de las donaciones de mascarillas recurren a autoabastecerse
Vecinos, voluntarios, asociaciones, empresas, cotos de caza y ayuntamientos cubren el desabastecimiento de materiales de protección en Sanabria
araceli saavedra 06.05.2020 | 17:01

En el taller de mascarillas improvisado en casa de Ana Barrón, en Trefacio, se siguen fabricando mascarillas de tela. Las últimas en tallas pequeñas, para niño y bebé siguiendo las medidas oficiales de la Organización Mundial de la Salud. Mientras en las grandes ciudades se generalizaba la protesta sonora por la falta de mascarillas, en el medio rural el desabastecimiento –sufrido hasta en el Centro de Salud de Sanabria- se recibía en silencio. Un silencio que enmascara la preocupación por autoabastecerse de vecinos, voluntarios, asociaciones de propietarios, empresas, cotos de caza y Ayuntamientos.

Las farmacias más pequeñas, como la de Trefacio, han recibido con dificultad el suministro durante la mayor parte del confinamiento por el Estado de Alarma, aunque en las últimas semanas llegan con más frecuencia los productos más demandados, guantes, máscaras, gel alcohol, como señala el titular José Manuel González. A diferencia de otras farmacias «termómetros no nos piden». La misma situación vive la farmacéutica de Palacios de Sanabria, Yolanda Escribano, que dispone de las mascarillas más demandadas en estos momentos, una vez que hay cierta regularidad en los pedidos.

Pero los talleres siguen en marcha. A Ana Barrón le preocupa encontrar telas que sean divertidas para los niños para que no tengan tanto rechazo al tener que taparse la boca. Con ella está su compañera de taller, María Vecino, que echa horas en coger hilos y rematar la costura. La asociación de propietarios de Trefacio TREVIMCA y la firma de tejidos Matos y Soto han sido dos de los donantes que le han permitido disponer de tejidos apropiados y de adquirir otros materiales como gomas o hilos.
En El Puente de Sanabria, vecinos y hosteleros donaron sábanas para que se pudieran confeccionar las primeras mascarillas de tela al comienzo de esta crisis sanitaria. Cinco vecinas del pueblo se han encargado de confeccionarlas para repartirlas entre vecinos y establecimientos que las han puesto a disposición del público. María Godoleba Martino Casas de 86 años de Anta de Rioconejos ha hecho unas cuantas para el mismo fin. Cuando su hija Chari le pregunta cuántas ha hecho ya no recuerda el número pero han sido tantas que «ya estoy cansada de hacer mascarillas». Sigue en su máquina de coser con buen humor.
En Santa Eulalia del Río Negro sus casi habitantes han recibido mascarillas pero donadas por el Club Deportivo de Casa San Mamés. En total se han adquirido 400 unidades, repartidas recientemente, unas cuatro unidades por persona.

Ante la manifiesta carencia y que las administraciones se han olvidado de ampliar el reparto de las donaciones al medio rural, los ayuntamientos más pequeños, como el de Manzanal de Arriba, han abasteciendo a sus empadronados de mascarillas, 2 unidades por habitante. Varias voluntarias se han encargado de repartirlas entre todos los residentes. El alcalde, Nazario Castedo Bobillo constata que ninguna entidad, ni pública ni privada, ha enviado ningún tipo de material a su Ayuntamiento. Una necesidad de los vecinos que ha tratado de cubrir con medios propios esta alcaldía. Y así no pocos pueblos y ayuntamientos.

(NOTICIA EXTRAIDA DEL DIARIO «LA OPINION DE ZAMORA»).